Desarrollo humano y cálculos del Índice (ESTUDIANTES de 5t° A, B, C, D)
El
Programa de las Naciones Unidas, en adelante PNUD (2010:23)
define el
Desarrollo Humano como “el proceso en el que se amplían las oportunidades del
ser humano. En principio, estas oportunidades pueden ser infinitas y cambiar
con el tiempo. Sin embargo, a todos los niveles del desarrollo, las tres más
esenciales son: disfrutar de una vida prolongada y saludable, adquirir
conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios para lograr un nivel de
vida decente”.
El
proceso de desarrollo humano incluye varios aspectos de la interacción humana
como la participación, la equidad de género, la seguridad, la sostenibilidad,
la garantía de los derechos humanos y otros aspectos que son reconocidos por
las personas como imprescindibles. El desarrollo humano implica darle más
alternativas a la gente y mejorar sus oportunidades, crear un entorno en el cual
las personas puedan desarrollar todo su potencial y llevar una vida productiva
y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses.
El
enfoque de Desarrollo Humano surgió como un resultado de las críticas a la
perspectiva de los 80’sobre el desarrollo, con la cual se suponía que los
niveles del ingreso bastaban como criterio para el bienestar humano. Se
reconoció que el crecimiento económico aunque necesario para aumentar el
bienestar– no es condición suficiente, y que era imprescindible tener un modelo
alternativo del desarrollo.
Según
Klisberg, (2009), las dimensiones del desarrollo humano son tantas como modos
de aumentar las libertades, alternativas y capacidades de las personas existen.
Los parámetros prioritarios se transforman con tiempo y varían de un país a
otro, así como dentro de los propios
países.
Los temas considerados actualmente fundamentales para el desarrollo humano
incluyen entre otros:
1. Progreso
social: mayor acceso al conocimiento, mejor nutrición y
servicio
de salud
2. Economía:
el crecimiento económico como un modo de reducir
desigualdad
y aumentar los niveles del desarrollo humano
3. Eficiencia:
en términos de uso y disponibilidad de los recursos
4. Equidad:
en términos de crecimiento económico y otros parámetros del desarrollo humano
5. Participación
y libertad: particularmente potenciación, gobernabilidad democrática, igualdad
de género, derechos civiles y políticos, y libertad cultural
6. Sostenibilidad:
para generaciones futuros en términos ecológicos,
económicos
y sociales
7. Seguridad
humana: seguridad en vida diaria contra amenazas crónicas como hambre, y
trastornos repentinos como desempleo, conflicto, etc.
Con el
nuevo concepto surgió también la necesidad de crear una
medida
alternativa del Desarrollo Humano que trascendiera del Producto Interno Bruto
(en adelante PIB), lo que ya no sirvió como el único indicador del desarrollo.
Se generó el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que se construye a partir de
datos sobre salud, educación e ingreso, las tres dimensiones consideradas como
principales, sin los cuales muchas otras suelen ser inalcanzables. El IDH se ha
convertido en el instrumento
de
medición de referencia y de uso generalizado en el mundo.
El índice
de desarrollo humano fue presentado primera vez en el primer Informe sobre
Desarrollo Humano de 1990, que fue lanzado con el propósito de devolver a las
personas en el centro del proceso de desarrollo. Desde entonces se ha publicado
el informe anualmente. En estos documentos el concepto de Desarrollo Humano se
aboca al estudio sistemático de temas globales. Cada Informe, además de exponer
los IDH más recientes, se focaliza en un tema de alto interés actual en el
debate de desarrollo, presentando análisis y recomendaciones políticas. Según
Sen (2000), se trata de un informe independiente, comisionado por el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y producido por un equipo de
académicos/as, profesionales de desarrollo y miembros/as de la Oficina del
Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, está traducido en más de una docena
de idiomas y se lanza en más de 100 países cada año. El Informe sobre
Desarrollo Humano es fruto de un esfuerzo conjunto, con la conducción de la
Directora, de un equipo de investigación, estadísticas, comunicaciones y
producción, además de un equipo
de apoyo
de los Informes sobre Desarrollo Humano nacionales.
El índice
de desarrollo humano (IDH) resume los logros promedio
de un
país en cuanto a;
1.
Una vida
larga y saludable:
la
esperanza de vida al nacer.
2.
Acceso a
educación:
la tasa
de alfabetización de adultos y la tasa
bruta
combinada de matriculación (TBM) en enseñanza primaria,
secundaria
y terciaria.
3.
Un nivel
de vida digno:
el PIB
per cápita expresado en paridad de
poder
adquisitivo [PPA] en US$.
El IDH es
un parámetro desarrollado por el PNUD para medir el nivel de desarrollo de un
país o región evaluando la distancia relativa que separa a sus habitantes de un
nivel de vida ideal en una escala entre el 0 y el 1. En el tiempo, también
muestra los efectos de políticas económicas y sociales en los países del mundo.
El IDH sustituye al “ingreso per cápita”
como
parámetro similar por considerarse que el desarrollo humano no puede medirse
simplemente en ingresos, y porque se considera que ofrece una visión más amplia
y detallada de las sociedades humanas. La Organización de Naciones Unidas, en
adelante (ONU), publica el IDH todos los años basada en datos obtenidos en años
anteriores y su objetivo no es solo indicativo, ya que se han establecido
niveles deseables de desarrollo como metas para las naciones del mundo.
Para
calcular el IDH se estima y se determina el promedio simple de los siguientes
tres indicadores, cada uno con un tercio de peso:
1.
Expectativa de una vida larga y sana (basada en la esperanza de vida
al
nacer).
2.
Educación (basada en la tasa de alfabetización de adultos y la matriculación
combinada en educación primaria, secundaria y superior).
3. Nivel
digno de vida (medido por el producto interno bruto per capita y la paridad del
poder adquisitivo en dólares estadounidenses).
Según
estos datos, el IDH divide a los países en tres grandes categorías, del alto
desarrollo, mediano desarrollo y bajo desarrollo, dependiendo de su índice
según la siguiente clasificación:
1.
Alto
desarrollo humano
-Índice
mayor o igual a 0,800.
2.
Medio
desarrollo humano
-Índice
mayor o igual a 0,500 y menor de
0,800.
3.
Bajo
desarrollo humano
-Índice
menor a 0,500.
Estas
tres dimensiones reciben valores normalizados de 0 a 1y luego se calcula el
promedio para obtener el valor general del índice. La Paridad de Poder
Adquisitivo (PPA) se refiere al cálculo de las tasas de cambio para ecualizar
los poderes adquisitivos de diferentes monedas mediante la eliminación de las
diferencias en los niveles de precios nacionales. En otras palabras, las PPA toman
en cuenta que, con un mismo dólar, se puede comprar menos o más en un país que
en otro, constituyendo la forma más factible de comparar los niveles del
ingreso nacional entre los países. Con ellas se puede medir el bienestar social
y económico relativo de los países y monitorear la incidencia de la pobreza en
relación
con
umbrales internacionales (PNUD, 2010).
Al
respecto el IDH, publicado por el PNUD (2010:12), presenta una visión global
sobre la situación del “desarrollo humano”, definido como el proceso de
“incrementar las posibilidades de elección de las personas”. Esta definición,
basada en el enfoque de capacidades y titularidades definidas por Sen (2002),
se refiere no sólo a las posibilidades de elección que permite un mayor
ingreso, sino a la oportunidad razonable de las personas para desarrollar su
potencial y “llevar una vida productiva y creativa, de acuerdo con sus
necesidades e intereses”.
Al mismo
tiempo, el PNUD sostiene que el concepto de “desarrollo humano” se diferencia
de otros enfoques previamente existentes. Por ejemplo, no comparte con las
teorías de capital humano el que las personas sean medios de producción y no
objetivos finales. Al respecto el desarrollo de la teoría del capital humano
reconoce que para la explicación
de
ciertos fenómenos macroeconómicos, como por ejemplo, el crecimiento del ingreso
nacional, es necesario incluir, además de los factores: capital y trabajo, un
tercer factor, que considera el conjunto de habilidades y capacidades de los
trabajadores. Los estudios realizados por Theodore Schultz (1959), tuvieron
mucho impulso, gracias a los desarrollos
teóricos
efectuados por Gary Becker y Jacob Mincer. El capital humano ha sido definido
por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD:
1998:57) como: “…el conocimiento, las competencias y otros atributos que poseen
los individuos y que resultan relevantes a la actividad económica.
...”.
También
se diferencia de los enfoques de bienestar que consideran a las personas como
beneficiarios del desarrollo y no como participantes en él y que enfatizan
políticas distributivas por sobre sistemas de producción, dentro de este
enfoque uno de sus pioneros Smith, Edmund Arthur, 1976.
Adicionalmente,
el concepto de “desarrollo humano” va más allá del enfoque de necesidades
básicas, ya que éste se centra en la provisión de bienes básicos como: salud,
vivienda, vestimenta, nutrición, educación, agua y saneamiento, más que en el tema
de las posibilidades de elegir, (IDH, 2010). En 1978 el Banco Mundial comenzó a
impulsar este enfoque, promoviendo una serie de estudios en varios países,
Streeten, S.Javed Burki, Malhubub Al Haq, Norman Hicks y Frances Steward fueron
propulsores importantes en el estudio de este enfoque (CEPAL, 2010). Surgió
como crítica al enfoque ingreso-consumo, y posteriormente Bolvinitk (1990),
argumentó que el enfoque basado en líneas de pobreza supone que la satisfacción
de necesidades depende sólo del ingreso, en circunstancias que el ingreso es sólo
una de las variables determinantes para la satisfacción.
Según el
PNUD (2010:16), “el desarrollo humano es el resultado de un proceso complejo
que incorpora factores sociales, económicos, políticos, ambientales,
culturales, en la cual participan de manera activa y comprometida los
diferentes actores sociales. Es el producto de voluntades y
corresponsabilidades sociales”.
El
paradigma del desarrollo humano, según Griffin (1999:47), citado por el BID
(1997, 64) “está basado en el proceso de expansión de las capacidades de la
gente y visto como factor clave del crecimiento económico a largo plazo
mediante la acumulación de capital humano, fundamentalmente a través de la
inversión en salud, educación, nutrición, vivienda, investigación y desarrollo
y planificación ambiental”.
Por otra
parte, en el Informe de Desarrollo Humano (1990:26) del PNUD, se describe el
desarrollo humano sostenible como “el proceso de ampliar la gama de opciones de
las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica,
empleo, ingresos, y abarcando el espectro total de las opciones humanas, desde
un entorno favorable hasta libertades políticas y económicas”.
No
obstante, “el enfoque convencional sobre el crecimiento económico, sostiene que
la acumulación de capital y el incremento de la fuerza de trabajo son los
factores claves del aumento de las magnitudes macroeconómicas, particularmente del
producto interno bruto” PNUD, 2000:26). Igualmente, señala que combinando
dichos factores con el progreso tecnológico –a través de la industrialización–,
se incrementará la productividad del trabajo y del capital.
Según
Joseph Sitglitz, citado por Klisberg (1999) se sintetizan las características
del desarrollo en los siguientes términos: Se buscan incrementos en los niveles
de vida, incluyendo mejoras en salud y educación, no solamente incrementos en
el producto interno bruto que se calcula. Buscamos el desarrollo sostenible,
que incluye la preservación de los recursos naturales y el mantenimiento de un
ambiente sano. Buscamos el desarrollo equitativo que garantice que todos los
grupos de la sociedad, no solo el estrato alto, disfruten de los beneficios del
desarrollo, y buscamos el desarrollo democrático, en el
que los
ciudadanos participen de varias formas en la toma de decisiones que afectan sus
vidas.
Queda
explicito así, que la relación entre crecimiento y desarrollo va más allá del
aumento de la riqueza material, debe considerar la equidad en oportunidades y
opciones de la población para mantener y mejorar su bienestar. En otro sentido
se observa la influencia del desarrollo humano sobre el crecimiento económico, manifiesta
en la acumulación
del
capital humano, es decir, en el mejoramiento de la capacidad productiva de la
población, mediante las inversiones en salud, educación y capacitación, e
investigación y desarrollo, todo ello contribuye notablemente en el aumento de
la productividad laboral que se traslada al proceso productivo del país
(Klisberg, 1999).
Según Sen
(2002:57) “el desarrollo humano se le puede concebir como un proceso por el que
la gente mejora sus condiciones de vida a través de un incremento de los bienes
y servicios de los que puede cubrir sus necesidades básicas complementarias, y
de la creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos de
todos ellos”. Se puede inferir,
que es un
proceso en el cual se amplía opciones de la sociedad, aumentando las funciones
y capacidades humanas. No obstante, alude que “si bien la apertura económica
contribuye al desarrollo, esta por sí sola no bastaría si no se toman medidas
en el campo de la educación y la salud, las cuales son esenciales en la lucha
contra la pobreza”. Según Sen (2002:58) el problema del hambre no se produce
por insuficiente producción de alimentos, sino por una mala distribución de
recursos, aquí radica la importancia en la eficiencia de la gestión pública en
esta área tan vital para la sociedad.
Según el
autor citado, los factores determinantes del desarrollo humano son la equidad,
la productividad, la potencialidad, la sustentabilidad, la cooperación y la
seguridad. Es menester acotar, que para potenciar estos factores, es necesario
que los países orienten sus estrategias de desarrollo, en cuanto a la
formulación de políticas y toma de decisiones,
lo que
implica un complejo pero eficiente manejo de gestión por parte del Estado,
hacia el progreso y la creación de un ambiente económico, social, político y
cultural favorable para los individuos y la sociedad.
Por una
parte, el crecimiento económico proporciona los recursos que permiten mejorar
ininterrumpidamente el desarrollo humano; por la otra, el mejoramiento de la
calidad de la mano de obra contribuye de manera importante al crecimiento
económico. Si bien es cierto que estos nexos generales se aceptan sin
dificultades, para que sean de alguna utilidad en materia de política es
preciso conocerlos más a fondo. En especial, hay que saber si existe alguna
forma de crecimiento económico que promueva el desarrollo humano, o si determinadas
modalidades de crecimiento económico son más propicias para alcanzar el desarrollo
humano; igualmente, si hay alguna forma de desarrollo humano que promueva
el
crecimiento económico o si hay tipos concretos de ese desarrollo más adecuados
para promover el crecimiento; y si es posible decir algo útil sobre las
prioridades en caso de que haya que optar.
Según los
autores referidos (Klisberg y Sen 2009), el desarrollo humano es el objetivo
central de la actividad humana, el crecimiento económico un medio que podría
llegar a ser muy importante para promoverlo. Al mismo tiempo, los logros en
materia de desarrollo humano pueden contribuir de manera decisiva al
crecimiento económico.
El
concepto de desarrollo humano es mucho más amplio: considera que el desarrollo
no puede medirse solamente por el aumento de los ingresos, puesto que éstos son
solo una de las necesidades humanas. El desarrollo debe llevar a las personas a
ampliar sus opciones y oportunidades para vivir el tipo de vida que valoran y
desean. Por ello comprende la
creación
de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y
llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e
intereses. Las personas son la verdadera riqueza de las naciones. Por lo tanto,
el desarrollo implica ampliar las oportunidades para que cada persona pueda vivir
una vida que valore. El desarrollo es entonces mucho más que el crecimiento
económico, que constituye sólo un medio si bien muy importante para que cada
persona tenga más oportunidades (Ochoa, 2002, p. 04).
Para que
existan más oportunidades lo fundamental es desarrollar las capacidades
humanas: la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida.
Las capacidades más esenciales -básicas- para el desarrollo humano son
disfrutar de una vida larga y saludable, acceder a la educación y a los
recursos necesarios para lograr un nivel de vida digno y poder participar en la
vida de su comunidad. Sin esas capacidades se limita considerablemente la
variedad de opciones disponibles y muchas oportunidades en la vida permanecen
inaccesibles.
El
objetivo principal del desarrollo es ampliar las opciones de las personas. En
principio, estas opciones pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo. A
menudo las personas valoran los logros que no se reflejan, o al menos no en
forma inmediata, en las cifras de crecimiento o ingresos: mayor acceso al conocimiento,
mejores servicios de nutrición y salud, medios de
vida más
seguros, protección contra el crimen y la violencia física, una adecuada
cantidad de tiempo libre, libertades políticas y culturales y un sentido de
participación en las actividades comunitarias. El objetivo del desarrollo es
crear un ambiente propicio para que la gente disfrute de una vida larga, saludable
y creativa (Ochoa, 2002, p. 04)
A manera
de conclusión, los recursos escasos y las dificultades históricas reclaman un
incremento de esfuerzos presupuestarios y de gestión, en cantidad, calidad y
transparencia del gasto público. En los últimos años el Estado no ha
aprovechado plenamente el potencial de la política fiscal para fomentar el
desarrollo humano, pese a esfuerzos puntuales de mejora
plasmados
en instrumentos que van desde los acuerdos hasta las políticas de integración.
Esto se explica por diversas limitaciones y retos afrontados, como la falta de
diversificación del financiamiento público, la exigua carga fiscal, la
corrupción, la estructura mayormente regresiva del sistema de recaudación, el
gasto público y social insuficiente e inequitativo.
Aunque
las estadísticas muestren una aparente coherencia entre los incrementos del
crecimiento económico y el aumento de los niveles de desarrollo humano a través
de una mejoría en los índices de pobreza, esto solo se ha observado en una
pequeña parte de la población, y no siempre implica una transformación
sistémica, estructural y profunda del problema central, la pobreza (Rincón,
2012). La aplicación de las políticas públicas en los ámbitos asociados con el
desarrollo humano expresan fuertes desafíos, sobre todo al no haber logrado un
mayor aprovechamiento del efecto multiplicador del gasto público sobre el
crecimiento global y sobre la actividad privada; al no haber cumplido de forma
eficiente su rol de estabilizador del ciclo económico; y al no haber redistribuido
el ingreso nacional para mejorar sustancialmente los niveles de equidad que
permitan fortalecer las capacidades de la población, bajo el paradigma del
desarrollo humano que concibe a las personas como el fin
del
desarrollo y, al mismo tiempo, como agentes generadores de dicho desarrollo
(Rincón, 2012).
El
desarrollo humano no se trata solamente de salud, educación e ingresos, sino
también de la participación activa de las personas en los procesos de
adelantamiento, equidad y sostenibilidad, que forman parte integral de la
libertad de la gente para conducir su vida de una manera que le sea
significativa. En este nivel, existe menos consenso sobre qué involucra
el
progreso en tales dimensiones y tampoco hay muchas mediciones al respecto. Sin
embargo, la ausencia de mediciones cuantificables no significa que debamos
ignorar o descuidar una variable de estudio.
Tomado de : http://www.redalyc.org/html/310/31028677007/
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